Pros y contras de la hipoteca de vivienda nueva frente a la de segunda mano

En España alrededor de un 85% de la compraventa de viviendas se realizan sobre viviendas de segunda mano. Hay estudios como el de Previsión a 3 años de los Precios Medios Residenciales de la Sociedad de Tasación Euroval, sexta tasadora por volumen de facturación según la AEV, que vaticinan un aumento en los precios de vivienda para los próximos años.

Cuando se toma la decisión de comprar una casa, en la gran mayoría de los casos, lo primero en lo que se piensa es en solicitar una hipoteca al banco, para poder hacer frente a la compra de manera fraccionada durante años.

Durante este proceso es normal que surjan dudas, o se escuchen rumores, sobre las diferencias entre las condiciones que te ofrece la entidad bancaria si la vivienda para la que solicitas la hipoteca es nueva, o de segunda mano. A continuación, vamos a intentar esclarecer el proceso y las diferentes condiciones.

¿Diferencian los bancos? La importancia de la tasación

Lo primero que hay que saber es que los bancos no diferencian entre la compra de una casa de obra nueva o una de segunda mano, sino que el elemento que tienen en cuenta es la tasación de la vivienda, es decir, el precio oficial de la vivienda en el mercado inmobiliario

La tasación tiene como principal función la evaluación de un inmueble para conocer el precio objetivo o de mercado de una vivienda. Una hipoteca no es el único momento o situación en el que se puede requerir una tasación, puede darse en más escenarios.

Las tasaciones están realizadas por expertos cualificados y homologados, que se demorarán en mayor o menor medida dependiendo de las características concretas de la propiedad, estando la media entre una y dos semanas para obtener la tasación, con un coste de entre 300 a 500€, dependiendo de factores propios del inmueble (dimensiones, características especiales…)  y de la empresa tasadora homologada que se elija.

Vivienda nueva vs. Vivienda de segunda mano

Generalmente, las entidades bancarias, en la mayoría de los casos, ofrecen una financiación entorno al 80% del valor de la casa en la hipoteca solicitada. En este contexto, es más común que los bancos ofrezcan mejores condiciones a hipoteca de primera vivienda; sin embargo, existen excepciones en estos supuestos.

Aunque pueda parecer que es más sencillo y con menos procesos solicitar la hipoteca para una vivienda nueva frente a solicitarla para una de segunda mano, realmente no hay variaciones sustanciales en las condiciones hipotecarias entre ambas. Que sea una casa de segunda mano o una nueva, per se, no es un componente concluyente para obtener una hipoteca.

El punto clave para la concesión de la hipoteca en un inmueble de primera o segunda mano es la tasación. Dicha tasación sí que puede variar según si la vivienda sea nueva o de segunda mano, pero lo importante aquí es cómo esté hecha la tasación en sí, que es lo que determina el valor inmobiliario.

De esta forma, la tasación de una vivienda de segunda mano en buen estado o reformada puede aumentar el precio de cara al mercado inmobiliario, así como puede ser esencial en la subida o el decrecimiento del precio del inmueble nuevo.

Podemos así dar por zanjada la duda sobre cómo se guían las entidades bancarias para ofrecer una hipoteca para una vivienda. La respuesta, como hemos dicho, es que se orientan por los resultados de la tasación inmobiliaria, respondiendo de forma indiferente a si estamos hablando de una vivienda nueva o de segunda mano.