¿Cuánto pueden valer mis monedas antiguas?
Hay múltiples maneras de que acabes en posesión de una moneda antigua o de una colección de éstas. Probablemente, en esas situaciones que pueden derivar de una herencia de algún familiar, de que te las encuentres en tu nueva vivienda o por la calle o que simplemente aparezcan en un cajón de tu casa, las primeras preguntas que suelen rondarte en estos casos son: ¿Cuánto valdrán estas viejas monedas? ¿Tienen algún valor dentro del mundo de la numismática?
Son una serie de factores muy concretos los que determinan el valor de mercado de una moneda antigua, y estamos hablando de un objeto que puede tasarse en base a unos factores bastante sencillos de identificar.
¿De qué material está hecha la moneda?
Las monedas, de base, están acuñadas en metales, que ya de por sí le dan un valor concreto y particular al objeto, según sea de oro, plata, cobre, plomo, estaño…
En base a cada material, la moneda ya tendrá de por sí una valía no por lo que pueda tener estampado o la demanda que tenga, sino por el propio valor que tenga el objeto tangible en sí.
¿En qué estado se encuentra?
A la hora de tasar una moneda, como cualquier cosa, el factor más fácil de acotar es el estado en que se encuentra el objeto. Aunque tenga demanda dentro del coleccionismo de monedas, aunque esté hecha de oro o de plata, si el paso del tiempo y/o el lugar donde se encontraba han hecho mella en la moneda, esto puede repercutir desde una bajada del precio de mercado hasta la devaluación completa si se trata de una moneda muy magullada.
¿Qué demanda tiene esa moneda entre los coleccionistas?
En el caso de las monedas antiguas, es normal pensar que, cuanto más tiempo tenga la moneda, más cara será, pero este pensamiento es erróneo; en el sector de la numismática, que se basa sobre todo en el coleccionismo y la exclusividad, el factor más determinante suele ser la demanda de la moneda concreta.
Por tanto, si hablamos de una moneda que no interesa a los coleccionistas, o de la que se acuñaron muchas copias, o que simplemente no tenga demanda por cualquier razón en ese momento (recordemos que todo coleccionismo tiene un punto especulativo) la moneda no tendrá ningún valor especial, por lo que quizá convenga guardarla por si el mercado cambiase, o simplemente desecharla.
¿Qué casa acuño esa moneda?
Otro factor a tener en cuenta es la casa que acuñó la moneda antigua que tenemos en nuestro poder.
En el mercado numismático y entre los coleccionistas de monedas, la Real Casa de la Moneda en la que esté acuñada marca una diferencia de valor a tener en cuenta también por parte del vendedor.
Cómo saber lo que valen mis monedas antiguas
Una vez claros los parámetros para hacerse una idea de cuánto pueden valer tus monedas antiguas de forma más o menos autodidacta, el siguiente paso lógico es concretar el valor de las monedas mediante revistas online y páginas web especializadas.
Pero tanto con unas como con otras, hay que tener en cuenta ciertos aspectos a la hora de vender (y también de comprar) nuestras monedas: Lo primero es tener en cuenta es que los catálogos o páginas web consultadas pueden ser algo antiguos y estar desactualizados, por lo que no se correspondan los precios con la realidad.
Por otra parte, también puede haber especulación, que hace fluctuar los precios de las monedas muy rápido y, a veces, de manera desmedida, y con la información falsa que puede proporcionar cualquier portal web, usuario o catálogo, para lograr conseguir monedas al menor coste posible y tener material para reventa.
Es recomendable, por tanto, actuar de manera comedida a la hora de vender una moneda e informarse lo mejor posible y en webs con cierta confianza, como la revista online especializada coleccionistasdemonedas.com
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